El hombre isla. Alias Ibiza. Rodeado por el agua de sus tonterías, a solas consigo mismo. Así se ve Will, un tipo cercano a los 40, que vive de las rentas que le dejó papá, y se dedica a no hacer nada, a «pasarlo bien». No piensa en las demás, sale con chicas para satisfacer sus instintos básicos. E ignora por completo el significado de la palabra compromiso. Hasta que, en medio de una intentona de conquista, se cruza en su vida Marcus, hijo de madre hippy, separada y con tendencias suicidas. El chaval, auténtico freak que sufre las burlas de sus compañeros del colegio, se pega a Will como su última esperanza de felicidad. Quizá sea la criatura que Will «Frankenstein» (film citado expresamente) necesita para posar de una vez su mirada en el prójimo.
Los hermanos Chris y Paul Weitz dieron lo mejor de sí en el divertido guión del film de animación digital Antz (Hormigaz). Después, cayeron en la zafiedad más estúpida con American Pie. Ahora insisten en la comedia, pero en una línea más clásica, con ingenio y estilo, acudiendo con acierto al contrapunto melodramático y a la guinda romántica. Hugh Grant compone muy bien al tipo ególatra, caradura y odioso, al que no podemos dejar de amar, que ya bordó en El diario de Bridget Jones y en Granujas de medio pelo. Le dan buena réplica Toni Collette y Rachel Weisz, y el chaval Nicholas Hoult.