Como de costumbre, algunos de los premios concedidos son muy discutibles y han resultado sorprendentes. Mayor polémica ha suscitado la decisión de premiar a directores que ya han recibido reconocimientos en el mismo certamen y hace muy poco tiempo. Algunos bromistas sugieren que la organización del festival podría ponerles a algunos directores un apartamento en la playa de la Concha y ahorrarse los billetes de avión y los hoteles.
Dos películas han compartido el gran premio del Festival, la Concha de Oro: «Half Moon» y «Mon fils à moi». Es sabido que la concesión de un premio «ex aequo» suele ser la consecuencia de una falta de acuerdo entre los miembros del jurado. Presidido por la anciana actriz francesa Jeanne Moreau, el jurado estaba integrado por cuatro directores de cine -los españoles Isabel Coixet y Manuel Gómez Pereira, la norteamericana Sara Driver, el brasileño Bruno Barreto-, un actor -el suizo Bruno Ganz- y un escritor -el portugués José Saramago-.
El veterano Juan Diego ha recibido la Concha de Plata al Mejor Actor, incomprensiblemente por delante del norteamericano Ed Harris, magistral protagonista de «Copying Beethoven». Diego es el protagonista «Vete de mí», una de las tres películas españolas presentadas a concurso. El premio suena a cuota nacional, en los presumibles tiras y aflojas del Jurado. La película, dirigida por Víctor García León, cuenta la ya manida historia de la mala relación de un padre con su hijo, que vuelve al hogar paterno de manera inesperada. Arranca bien pero se estanca al poco tiempo y tiene un desenlace desconcertante, en línea con su general tono fatalista.
Mayor presencia de la comedia
Diecinueve películas integraron la Sección Oficial, con dos cintas fuera de concurso: el documental «Más allá del espejo», del recientemente fallecido Joaquín Jordá, y la comedia social «El jefe de todo esto», del una vez más sorprendente realizador danés Lars von Trier.
Como tónica general, destaca un tono vital bastante más positivo que otros años. Tanto el público como la crítica han agradecido la mayor presencia de la comedia. Además de las citadas «El Camino de San Diego» y «Delirious», se pudo ver «The Tiger’s Tail», un logrado «thriller» del inglés John Boorman, que mezcla el drama y la comedia. «Sleeping Dogs Lie», del norteamericano Bobcat Goldthwait, acierta en el tono de comedia fresca, con momentos muy divertidos, pero es bastante desagradable en cuanto al tema (un caso de zoofilia) y muy superficial en el conjunto de los planteamientos.
Es significativa, en esta línea de opción por la comedia, la completísima retrospectiva (47 películas) dedicada a Ernst Lubitsch, uno de los grandes clásicos de la historia de la alta comedia.
La norteamericana «Little Miss Sunshine», una alocada comedia negra presente en la sección Zabaltegi, ganó el Premio del Público.
Parece que los rectores del Festival han recibido el claro mensaje de crítica y público: más calidad, menos dramones nihilistas y más comedias.
Cine asiático
Como viene siendo habitual, el cine asiático usa los festivales europeos para darse a conocer. Además de la ganadora «Half Moon», en la Sección Oficial se presentó la japonesa «Hana». Es otro drama sobre samuráis en declive, de temática similar a las recientes películas de Yoji Yamada («El ocaso del samurai», «The Hidden Blade») pero de mucha menos calidad. Tiene una hermosa fotografía y cierta hondura en el tratamiento del sinsentido de la venganza, la importancia de la familia, todo con un llamativo sentido del humor.
La surcoreana «The Old Garden» construye su historia al hilo de la dictadura de los ochenta del siglo pasado. Tiene momentos de brillantez visual, buena música e interpretación, pero el guión sale perjudicado por un desmedido recurso al «flashback», que ralentiza en exceso la trama.
Cine español
«Vete de mí», «Las vidas de Celia» y «Lo que sé de Lola» fueron las tres películas españolas a concurso. Coinciden en un tono tristón y determinista, con un excesivo recurso al sexo o al erotismo explícitos. Por lo que se ve, la comedia sigue siendo una asignatura pendiente de la industria española del cine.
Un inexplicable desprecio y un olvido
«Copying Beethoven», dirigida por la polaca Agnieszka Holland, es una gran película, con mucho, la mejor que se ha visto en el Festival. Es muy llamativo que una película así marche de vacío. Un insistente comentario en los corrillos de los críticos es que no ganaría por ser una producción norteamericana con actores muy conocidos. Otros señalaron que, a la vista de la composición del Jurado, las frecuentes referencias a Dios que tiene la película y su apertura a la trascendencia, la descalificaban como premiable. Los críticos presentes en el Festival la votaron como mejor película en el premio que otorga el Circulo de Escritores Cinematográficos. Fue también la película ganadora de la votación popular del periódico más vendido en San Sebastián, «El Diario Vasco».
A otro nivel, también es llamativo que el Jurado despreciase la película «Forever», un delicioso documental sobre el cementerio Père-Lachaise de París, donde están enterrados tantos artistas famosos: Chopin, Marcel Proust, María Callas, Amadeo Modigliani, Georges Meliès, etc. Valiéndose de las visitas de gente de la calle por diferentes razones, la película reflexiona con agudeza sobre la muerte, la eternidad y el arte.