Sobrecogedora película dirigida y escrita por Chuck Konzelman y Cary Solomon que reconstruye la historia real de Abby Johnson (magníficamente encarnada por Ashley Bratcher) y se basa en su propio libro. Esta mujer, crecida y educada en ambiente cristiano y por tanto a favor de la vida, se convierte por azares de las circunstancias en la directora de la clínica abortista Planned Parenthood de Texas. Bajo su mandato se realizan 22.000 abortos. Pero el gota a gota de lo que va viendo en la clínica, de lo que oye, y sobre todo de lo que siente, le lleva a cambiar radicalmente de vida, profesión y posición humana.
La película –con un cierto aire televisivo, por cierto bastante adecuado– desarrolla en paralelo dos tramas importantes: el proceso personal de Abby Johnson, que va desde una ingenuidad cómplice a una profunda conciencia de la verdad, y la realidad del aborto como un negocio que arroja pingües beneficios a las multinacionales que venden las bondades de la planificación familiar. Esto segundo lo descubrimos gracias a lo primero, y eso hace que el film, lejos de ser un exabrupto reaccionario sea una historia fundamentalmente humana que estremece por la honestidad del relato.
Esta polémica película es como un puñetazo en la cara, ya que va directamente al grano sin edulcorantes o correcciones políticas. No estamos ante un panfleto ideológico y militante producido para arrojar a la cara de quien está a favor del aborto. Muy al contrario, Unplanned es una película llena de matices, que obliga a una reflexión profunda a cualquiera que la vea con mente abierta y sin posiciones preconcebidas. En el film apenas hay discurso y nada de adoctrinamiento. Solo hechos. Complejos. El propio proceso de la protagonista ya exorciza maniqueísmos fáciles. Es una película destinada al que quiere oír, para que oiga, y al que quiere ver, para que vea. No es apta para menores o personas sensibles a lo gore. Impacta.