Director: Agnieszka Holland. Guión: Christopher Hampton. Intérpretes: Leonardo Di Caprio, David Thewlis. 125 min.
Parece recrudecerse la tendencia a reescribir la historia, como se dice con cierto cinismo: aquí, las figuras de los poetas Rimbaud (l854-l891) y Verlaine (l844-l896) son una excusa para presentar unas tormentosas relaciones homosexuales; una excusa hipócrita, pues quien no sepa por otro medio algo de las obras y de la vida de estos autores, gracias a esta reescritura histórica no percibirá más que una destructora relación homosexual, una cualquiera, pues ni Rimbaud ni Verlaine ni su obra están en esta película.
Tras la larga atención a dos años de sus vidas (1871-73), y a la ruptura definitiva, un brevísimo final. Con unas cuantas falsedades de fechas y datos, se ridiculiza el arrepentimiento, y se evita la compleja realidad de los años posteriores, en vida y en obras. Termina con un canto al romanticismo enfermizo, inoperante recuerdo del pasado.
Agnieszka Holland dio muestras de gruesa sensibilidad en El jardín secreto, y en Europa, Europa de su obsesión sexual, manía que Christopher Hampton también muestra en la pieza teatral previa a este guión, y en su especial reescritura fílmica del grupo de Bloomsbury: Carrington. Para tan gran atentado cultural y en pro del embrutecimiento moral, ha contado con miles de millones; sería deseable que no puedan contarlos de nuevo.
Pedro Antonio Urbina