Una versión de esta reseña se publicó en el servicio impreso 40/14
La farsa es un subgénero arriesgado. Porque parece que cuando te tiras a esa piscina puedes hacer lo que te brote… Y no: la comedia –en todos los subgéneros que la conforman– tiene una naturaleza y un comportamiento muy característicos, mucho más rígidos de lo que parece. Para dar todas las notas hay que saber y haber ensayado mucho. En la farsa, a poco que te descuides, puedes acabar atascado en un barrizal, enredado en un laberinto espinoso, despeñado o en el fondo de un pozo.
La película italiana que nos ocupa es, en muchos sentidos, una obra muy lograda. Porque tiene mucho equilibrio. Porque sabe caminar por los sitios adecuados a la velocidad adecuada. Como lo hicieron…
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