La acción transcurre en Dublín y la película comienza con una paliza. No es algo nuevo, porque a las primeras señales de peligro, la hija mayor (8 años) sabe lo que tiene que hacer. Tras la separación, la protagonista tiene que mantenerse y mantener a sus dos niñas y luchar por la custodia de las pequeñas: dos trabajos a tiempo parcial; muchas horas, energía y dinero gastados en los desplazamientos, y la mayor parte de sus ingresos sirven para pagar el hotel donde viven a la espera de que los servicios sociales le proporcionen alojamiento. Convencida de que nadie hará nada por ella, emprende la aventura de construir su propia casa. Afortunadamente, en esa aventura conseguirá ayuda y amigos para volver a empezar.
Tercera película de Phyllida Lloyd (Mamma mia! y La dama de hierro), y, una vez más, una mujer fuerte es protagonista. En este caso se trata de un personaje más cercano y real. El libreto es de Malcolm Campbell, guionista de televisión, y de la actriz protagonista, Claire Dunne, quien hace un trabajo admirable. Desgraciadamente, todo lo que no se refiere a este personaje, tal vez por mor de sobriedad, resulta simplificado hasta llegar, en el caso del marido, a la caricatura.
La película está muy bien rodada. El planteamiento es positivo y los toques de humor –sencillos y hogareños– también son reflejo de la vida ordinaria. La historia invita a creer en la bondad de la gente y en las segundas oportunidades.