De Dinamarca nos llega con retraso un largometraje que estuvo nominado al Oscar a la mejor película de habla no inglesa y ha obtenido numerosos premios y nominaciones en diversos festivales. Lo ha escrito y dirigido Tobias Lindholm, que firmó el magnífico guion de La caza.
El argumento se centra en el comandante Pedersen, que está al frente de una misión militar aliada en Afganistán. En Dinamarca ha dejado a su familia: sus tres hijos y su mujer, María, que está muy preocupada por los trastornos de conducta del hijo mayor. Un día, en una escaramuza de insurgentes talibanes, Pedersen tiene que tomar decisiones poco reglamentarias para salvar a uno de sus hombres. Las consecuencias son impredecibles.
La cuestión de las misiones internacionales en Afganistán, Irak y otros lugares de conflicto ha sido llevada muchas veces al cine, casi siempre desde una perspectiva crítica, y muy a menudo desde la óptica norteamericana. En esta ocasión, se trata de una misión danesa, y más que criticar la presencia militar en esas zonas –aunque en cierto modo también lo hace–, el film habla del sacrificio personal y familiar que supone para los soldados estar allí, y la presión injusta a la que a menudo se ven sometidos, así como se pregunta por la verdadera utilidad de dichas misiones. En clave positiva, A War subraya el valor del compañerismo y la solidaridad, y el sentido de la familia.
El sabor que deja el film es agridulce y provoca en el espectador una cierta conciencia perpleja, así como la sensación de la profunda soledad moral en la que vive el protagonista. Estamos ante una cinta muy medida y pensada, tan sobria como sensible, una película inteligente que no deja indiferente, y que nos hace reflexionar sobre la complejidad moral de ciertas situaciones.
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