El reino de Rosas, en el Mediterráneo, conoce paz y prosperidad gracias a la magia del rey Magnífico, que además puede garantizar el deseo más íntimo de sus súbditos. Al cumplir los 18 años se lo confían al rey y esperan que lo hará realidad. Asha, la protagonista, comienza suspendiendo la prueba de aprendiz de mago al servicio del rey. En la prueba se ha dado cuenta de que Magnífico no es el maravilloso rey que creía: es vanidoso y ególatra, guarda los deseos y mantiene las esperanzas de sus súbditos, sabiendo que no se cumplirán. De noche, Asha mira al cielo estrellado y formula un deseo y una estrella viene para ayudarla a cumplirlo.
Disney ha puesto a sus mejores elementos a realizar un clásico que celebre su centenario. La historia de Asha es un hilo en el que penden montones de guiños a todas sus películas anteriores: vemos elementos de Pinocho, Blancanieves, La bella durmiente, Bambi… La animación es fabulosa y la música funciona. Da gusto ver a la gran casa de animación volver a sus raíces, pero esta es una película construida con una intención y el deseo de no meter la pata, y le falta esa chispa original que tenían Frozen o Zootrópolis (en la que han trabajado los autores de Wish). Una buena película Disney, familiar y positiva, pero no un gran clásico.