A mí toda la gloria recoge una serie de conferencias que Fabrice Hadjadj impartió en Suiza y que muestran la profundidad de su pensamiento, así como su estilo interpelante y atrevido. El pensador francés pretende resaltar el concepto de gloria, que en algunos momentos se ha contrapuesto a la humildad, en el ámbito del pensamiento cristiano.
El libro está estructurado en tres partes. La primera se dedica a perfilar la idea de gloria en el mundo clásico, así como en esferas como la literatura, la historia y la teología. Después aborda la gloria de la creación y de la vida natural, explicando su sentido original. Exalta la belleza de lo creado, desde la piedra al pavo real, señalando que no basta con la propia conservación, sino que lo propio de las criaturas es dar y recibir; lo que él llama “ser y parecer, dar y dejarse ver”.
Por último, Hadjadj reflexiona sobre la resurrección de Cristo y la manifestación de la gloria mediante el triunfo de Dios sobre la muerte. Defiende que esa gloria podría explicitarse en la obligación del cristiano de ser luz del mundo y vivir la virtud de la magnanimidad –tener el alma grande–, que no significa ceder a la ambición ni a la vanidad, comportamientos que hoy encuentran amplia salida a través de las redes sociales como canales inmediatos, impacientes y efímeros. La gloria es algo distinto: no la causamos nosotros, sino que se basa en el reconocimiento del otro.
El autor hace referencia a estas palabras de Jesucristo recogidas por san Juan: “Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante”; es decir, el Creador desea que sus criaturas brillen e iluminen. Hadjadj menciona unas palabras del historiador romano Salustio: “El hombre que no busca distinguirse atraviesa esta vida como un viajero, sin haber desplegado los recursos de su humanidad”, lo que equivaldría, en términos evangélicos, a la parábola de los talentos. La gloria y la humildad se complementan y llevan a hombre a desarrollar sus cualidades para servir a los demás y hacer el bien.
El ensayo, rebosante de agudeza y sentido del humor, arroja ideas muy interesantes en torno a la rehabilitación de la gloria y recuerda que esta es, es junto a la humildad, connatural al cristianismo.