La crítica literaria, en la contraportada de las novelas, es con frecuencia exageradamente laudatoria: “obra maestra”, “un acontecimiento deslumbrante”, “imprescindible”… En este caso, a mi juicio, no se cae en el exceso; y son frases de autores prestigiosos, como Carlos Fuentes y Alberto Manguel. Las hago mías tras la lectura de esta novela: “Está prodigiosamente dotado para crear secuencias narrativas”; “Dueño de una pluma afilada y de una avispada inteligencia narrativa”; “La prosa de Enrigue es de una inventiva infinita”.
El tema y el paisaje, la Apachería: un pueblo indígena combatido, hasta su extinción, por estadounidenses y mexicanos. El personaje, Gerónimo, su jefe legendario. Este trabajo de Enrigue supone un logrado entrelazamiento de historia documentada, incidencias realistas del autor y su familia en un viaje por el escenario de los hechos…, y una persecución heroica entre mexicanos, gringos y apaches, con la magia de la mejor ficción. La obra dota de profundidad al conflicto actual en la frontera más famosa del mundo, y a ciertas reivindicaciones históricas que han resurgido.
El relato tiene personajes bien dibujados, épica y ritmo narrativo. El vocabulario mexicano, abundante, se capta bien en su contexto. En fin, un compendio de western, crónica histórica, leyenda y metaliteratura. No falta el humor, que quita hierro a algún que otro episodio cruel (y son las pocas escenas que podrían molestar a la sensibilidad del lector).
El libro tiene tres secciones: “Janos, 1836”, “Álbum”, y “Aria”. La segunda, “Álbum”, un tercio del total, complementa a las otras dos: resultará interesante para el lector curioso, y prescindible para el impaciente.
Álvaro Enrigue (Guadalajara, 1969) es profesor de literatura del siglo XVII en Nueva York. Ha ganado varios premios literarios –entre ellos el Herralde, en 2013– en América y Europa. Con obras como ésta va camino de hacerse un lugar destacado en la literatura contemporánea.