El fallecimiento de su abuela lleva a Anna, una inocente niña, a ser adoptada por sus tíos en el seno de la familia Velena, en Orola, un pequeño pueblo de la Cerdeña, a finales del siglo XIX. Junto a sus numerosos primos y primas (de edades cercanas), Anna disfrutará de la nueva vida agreste, familiar y señorial, a la vez que el paso del tiempo irá configurando su crecimiento. Ilusiones y desencantos, promesas y abandonos, amores y celos, matrimonios y rupturas, juegos y trabajo irán desfilando según el sentir de cada uno de los personajes.
Son especialmente entrañables la figura paterna, que concilia con paciencia los diversos caracteres de sus hijos para mantener y avivar la unidad familiar; la oposición entre los hermanos mayores (uno, alegre agricultor e iletrado; el otro, escéptico intelectual y abogado), y la variada tipología femenina que presenta (la madre, las cuatro hermanas).
Enraizada en el verismo italiano del siglo XIX (literatura realista y regionalista propia de esa época en toda Europa), esta novela de la premio Nobel Grazia Deledda (1875-1936), de la que se han reseñado en Aceprensa La hiedra y Cósima, está escrita en un estilo sumamente ágil y sencillo. La historia avanza con velocidad y entretiene.
Es muy agradable el ambiente de olores, sabores, paisajes y labores sardos que impregnan sus páginas (como la vendimia, o una tarde de bordado bajo la parra del patio), y es claro el propósito de presentar a unos personajes moralmente elevados; propósito que, al menos en el final, rechina un poco. Puede sucederle al lector lo mismo que a la propia protagonista: “Ella buscaba la moral en los volúmenes; se entusiasmaba con los hombres buenos, con las mujeres virtuosas, con los sacrificios. Pero, sin confesárselo, se buscaba a sí misma en las páginas impresas, y sentía una profunda necesidad de encontrar criaturas que se parecieran a ella, que amaran y sufrieran como ella”. Que no es poco.