El Acantilado. Barcelona (2003). 220 págs. 15 €. Traducción: Joan Fontcuberta.
El Acantilado prosigue sin pausa la recuperación de la obra del genial escritor austriaco que ya iniciara con la publicación de sus espléndidas memorias (ver servicio 127/01). A lo largo de toda su vida, Zweig meditó mucho sobre el suicidio, tanto que no supo resistir personalmente a esa tentación cuando se cansó y menos se resistió a poner a muchos de sus personajes ante esa posibilidad. Eso ocurre a casi todos los que protagonizan los siete relatos que se han seleccionado en este volumen.
Una noble cae en desgracia en una corte borbónica y es condenada a la soledad y al silencio, un estudiante es forzado a llevar al límite su rebeldía, un médico se compromete a defender la memoria de una paciente fallecida en trágicas circunstancias, una sirvienta ve despreciado el celo con que sirve a su señor son todas historias de personajes que viven obsesivamente una pasión, que son enfrentados a una situación límite (al menos subjetivamente) y han de dar una respuesta a la altura de lo que les plantea la vida. Sabia alternancia de narración y análisis: la primera atrapa y da pie con naturalidad a la segunda; la segunda enseña y hace valorar más el elemento de ficción.
Leer a Zweig siempre es un placer, un prodigio de claridad, amenidad, precisión y análisis, también en esta ocasión, a pesar del tono amargo y negativo que remata algunas de estas historias.
Javier Cercas Rueda