Fondo de Cultura Económica de España. Madrid (2005). 204 págs. 11,60 €. Traducción: Mirta Rosenberg y Jaime Arrambide.
Zygmunt Bauman, nacido en 1925 en Poznan (Polonia), de familia judía, fue militante comunista, y enseñó en la Universidad de Varsovia hasta que en 1968 fue expulsado merced a otro arrebato antijudío del gobierno. Fue entonces cuando Bauman decidió instalarse en Gran Bretaña, donde fue nombrado profesor de Sociología en la Universidad de Leeds. Obras como «Modernidad y ambivalencia», «Una aventura llamada Europa» o «Identidad» le han convertido en una de las figuras más respetadas del actual pensamiento político y sociológico.
Este libro contiene un buen análisis sobre la actitud del hombre actual ante los vínculos afectivos: existe un impulso natural de estrechar lazos y al mismo tiempo de mantenerlos flojos para poder desanudarlos. ¿Cuál es el resultado de este modo de actuar?
La respuesta puede elaborarla el lector con la ayuda de estas páginas que son el espejo del modo en que muchas personas viven las relaciones interpersonales. Se trata de disfrutar de ellas, pero evitando los aspectos vinculantes que constituyen una carga. «Este libro está dedicado a los riesgos y angustias del vivir juntos y separados en nuestro moderno mundo líquido», escribe el autor al final del prólogo.
A través de cuatro largos capítulos se analizan las características del amor líquido (nada de consolidar vínculos) en las relaciones de pareja, en las relaciones sexuales, en la dificultad para amar al prójimo, en las agresivas relaciones internacionales donde se mezclan la xenofobia, el desprecio a los extraños (inmigrantes, refugiados, minorías étnicas), la indiferencia hacia el destino de las víctimas de las guerras, etc. Las consecuencias de esta disposición para no amar son descritas con gran detalle y resultan espeluznantes. Es interesante el análisis que realiza el autor sobre el significado de la norma «ama a tu prójimo como a ti mismo» (págs. 107 y ss.).
Después de este estudio fenomenológico de unos hechos y unas actitudes, con un acento irónico en muchos de los razonamientos, el libro no presenta ninguna conclusión. El lector debe obtenerlas por sí mismo. Bauman solo comenta que «por el momento, las perspectivas son sombrías», pero sugiere que «hoy más que nunca es urgente e imperativa la búsqueda de la humanidad en común, y de las acciones que se desprenden de ella».
Carmen Riaza