Solemos esperar de los antropólogos investigaciones sobre culturas ancestrales, tribus salvajes y hombres primitivos. La antropología es, desde luego, una ciencia apasionante; pero, la mayor parte de las veces, nos habla de otros, no de nosotros mismos. Jacinto Choza, catedrático de Antropología filosófica de la Universidad de Sevilla, ha preferido en este libro dejar de lado otras culturas para analizar la nuestra, la cultura occidental, concretamente en lo que se refiere a la convivencia cotidiana del hombre y de la mujer.
La mirada atenta del antropólogo observa cuidadosamente la tribu de los hombres y la tribu de las mujeres, como dos modos diferentes de ver las cosas, de interpretar el mundo y de enfrentarse a los pequeños y grandes problemas de la vida. Cada grupo se define a sí mismo y al otro, y entiende de manera peculiar el amor, el matrimonio, la política económica o la compra semanal.
La mujer, afirma el autor, tiende a ver el hogar sub specie mundandi, como algo que debe ser limpiado y cuidado; en cambio, el hombre lo considera más bien como un sitio para estar. Esta heterogeneidad es fuente de conflictos, pero, sobre todo, de la riqueza y complejidad de la existencia compartida.
Jacinto Choza no pretende descubrir una nueva teoría del comportamiento humano; más bien intenta iluminar este tema a partir de dichos de la sabiduría popular, relatos de diversas experiencias personales, algunas reflexiones y comparaciones históricas. De este modo, el libro tiene una forma literaria narrativa, ágil y amena. A esto se añade otro elemento utilizado conscientemente y de manera magistral: el humor. Se trata de un humor irónico, pero no amargo; atrevido, pero delicado. Porque, a pesar del tono, es importante y serio lo que se está tratando. Jacinto Choza participa de la convicción de que «lo divertido no es lo contrario de lo serio, sino de lo aburrido».