Centro de Estudios Políticos y Constitucionales. Madrid (2003). 406 págs. 17,31 €.
Álvarez Tardío ofrece una completa síntesis sobre la cuestión religiosa en la Segunda República española. Tratada por muchos autores, pocos han ofrecido un análisis tan exhaustivo de las posturas de los protagonistas individuales o institucionales. La tesis principal es que, desde la elaboración de la Constitución de 1931, la política de la República no se caracterizó por la laicidad, sino por un sesgo antirreligioso.
La libertad de conciencia y el anticlericalismo -los dos conceptos del título- son claves en la historia del último siglo de España. Resulta sorprendente que los estudios sobre la política religiosa republicana casi nunca tengan en cuenta el derecho a la libertad de conciencia de los ciudadanos del país, conculcado alegremente por los políticos del momento y por sus leyes. Más bien se intenta explicar la política antirreligiosa como una reacción frente al excesivo poder de la Iglesia. Álvarez Tardío muestra que ni unos ni otros tenían una idea clara de la laicidad del Estado, aunque la principal responsabilidad recae sobre los que impusieron un laicismo de carácter excluyente.
Juan Domínguez