Esta novela policiaca, escrita en 2017, podría pasar perfectamente por uno de los clásicos del género publicados en la primera mitad del siglo XX, si no fuera por las referencias a sucesos, personajes y asuntos actuales. Anthony Horowitz (Reino Unido, 1955) es un experimentado escritor, conocido sobre todo por sus series de relatos para adolescentes, pero también por su novela La casa de la seda, en la que provoca que el célebre Sherlock Holmes tenga que volver a actuar.
Escrita en primera persona por el propio autor, que se convierte en personaje de la novela, Horowitz es contratado por Hawthorne, un antiguo y denigrado policía que ahora trabaja de consultor externo y quien le propone que le ayude a resolver el extraño asesinato de Diana Cowper. La tarea de Horowitz consistirá en seguirle a todas partes para que después escriba una novela sobre la forma en que resuelve el caso.
Hawthorne es un personaje peculiar, muy a la medida de Sherlock Holmes, y el novelista es un remedo de Watson. Hawthorne siempre sabe todas las cosas, adelantándose a todo y nunca desvelando lo que va a hacer o los pasos que va a dar; es también reservado para su vida personal y su intimidad; para los lectores, es una mezcla de personaje genial y de genio exasperante. Horowitz hace su papel secundario perfectamente, aunque se ve atacado en su orgullo con mucha frecuencia.
El planteamiento de la novela es realmente original y su desarrollo sigue los esquemas clásicos, que el autor emplea con mucha pericia narrativa. Por supuesto que el asesinato se resuelve, pese a las numerosas y complicadas circunstancias que lo rodean, pero su resolución también sigue el modelo de los clásicos: lógica, pero desconcertante.
