Tusquets. Barcelona (1998). 467 págs. 2.800 ptas.
El hecho de trabajar en una misma editorial, aunque a distintos niveles, es el lazo de unión entre las cuatro mujeres, pertenecientes a la misma generación, que protagonizan esta novela. En monólogos alternativos, ellas mismas cuentan sus vidas, a base de evocar el pasado al ritmo de los acontecimientos del presente, que tienen como marco geográfico el ambiente urbano de Madrid en este fin de siglo.
Sería exagerado calificar de nueva a esta publicación de Almudena Grandes. En realidad, lo que ha hecho es volver a redactar «su novela» de siempre, volver a contar la historia sobre la que ha construido su carrera de escritora. Quizá la clave de su éxito comercial consiste en que no defrauda porque no cambia de tema, de técnica y de estilo, igual que sus asiduos lectores no cambian de gustos. Así que, una vez más, sus personajes son mujeres no demasiado jóvenes, ya casadas, divorciadas o solteras, que disfrutan del trabajo y del sexo, y sólo después, si acaso, piensan en deberes y sentimientos. Se diría que es una versión posmoderna de la típica novela rosa, con heroínas que ya no están enamoradas del amor sino de sí mismas, como mandan los cánones del fundamentalismo feminista.
Como este tratamiento argumental vende, no se ha considerado necesario ni importante cuidar los elementos literarios más allá de límites discretos. Así, a la novela le sobran muchas páginas insustanciales, el estilo resulta discursivo y poco ágil, las situaciones, reiterativas y previsibles en muchos casos, y los personajes, bastante tópicos. Sin embargo, esta mediocridad estilística y la falta de ideas de fondo se compensa con un erotismo que se presenta como un plausible centro vital de los seres humanos.
Pilar de Cecilia