“¡Qué bueno es ese Beckenbauer!”, exclama un albanés mientras ve en un bar un partido de fútbol entre las selecciones de Albania y Alemania. Al día siguiente, un vecino le delata por ese comentario antipatriota, y es detenido y condenado a dos años de cárcel. Otro pasa en prisión siete años por decir que las bicicletas yugoslavas son mejores que las albanesas…
Estos ejemplos de Barro más dulce que la miel describen la opresiva y kafkiana realidad que vivió Albania –el país comunista más hermético– durante la dictadura del dirigente comunista Enver Hoxha, de 1944 a 1985. Después, el Partido del Trabajo siguió en el poder hasta que el derrumbe de los satélites soviéticos a partir de 1989 arrastró también a Albania.
Como en su anterior libro, Bucarest. Polvo y sangre (La Caja Books, 2019), la periodista polaca Margo Rejmer (Varsovia, 1985) conversa con numerosas personas que padecieron el totalitarismo de Hoxha. Con los recursos del periodismo literario, la autora da voz a las numerosas víctimas del comunismo.
Sin embargo, al igual que en Rumanía, donde se ha desarrollado un progresivo blanqueamiento de la figura de Nicolae Ceaușescu, en Albania muchas personas sienten nostalgia del régimen de Hoxha. Como dice Rejmer, “el capitalismo trajo el caos, la falta de seguridad y las desigualdades, y cuando más difícil se volvía la vida, más se fortalecía el mito del comunismo como una época de justicia social”. Las nuevas generaciones han decidido pasar página y han ignorado el pasado.
En una obra polifónica, con excelentes pasajes y un estilo nada impostado, la autora reúne testimonios de muchos albaneses que recuerdan cómo fue su vida bajo el comunismo: las persecuciones, las torturas, las arbitrarias detenciones, el surrealismo de la propaganda, el absoluto control de la información…