Ediciones Internacionales Universitarias. Madrid (2007). 444 págs. 22 €.
Filósofos, científicos, médicos y juristas ofrecen en este libro un análisis interdisciplinar de los temas bioéticos más candentes, desde la procreación artificial hasta las implicaciones éticas de la eutanasia. Las reflexiones se realizan desde la perspectiva que ofrece la filosofía personalista. Un punto de vista que resulta enriquecedor, sobre todo si se tiene en cuenta que en los debates públicos tiende a olvidarse la raigambre filosófica y antropológica de la medicina y la ciencia.
La primera parte del libro («Claves para la argumentación bioética») realiza un repaso histórico por la disciplina y caracteriza filosóficamente el pensamiento bioético actual. Es fácil identificar, por otra parte, las deficiencias teóricas de algunos planteamientos que insisten en la autonomía del individuo o que se sustentan solo sobre el principio de utilidad. Frente a ello, la corriente personalista incide en la defensa global y unitaria de la persona, sin una incomprensible separación entre lo corporal y lo anímico. De hecho, en esta parte, se reflexiona sobre el significado del cuerpo y de la sexualidad, como forma de expresión del espíritu.
No hay que olvidar, sin embargo, que la reflexión bioética posee originariamente un sentido eminentemente social. Es decir, para defender eficazmente la dignidad de la persona es necesario que la reflexión bioética empape la política y el derecho, como pone de manifiesto el texto de José Miguel Serrano Ruiz-Calderón, quien también analiza en las páginas finales la eutanasia y su regulación.
La segunda parte («Cuestiones actuales en bioética») plantea abiertamente los desafíos que ha de afrontar la disciplina y algunas vías de solución, sin perder el punto de vista teórico asentado en los primeros capítulos.
La profesora Tomás y Garrido presenta el estatuto científico del embrión humano con el fin de que después puedan extraerse conclusiones filosóficas y jurídicas, tarea que emprende Vicente Bellver. Se establece, pues, un concepto amplio de persona que incluya al embrión. No se olvida, en cualquier caso, la utilización del diagnóstico pre-implantatorio, que implícitamente supone, a juicio de María Cruz Terán, aceptar su finalidad eugenésica.
Además de la investigación con células madre y un nuevo análisis del fenómeno del aborto, se incluye un apartado interesante y no muy frecuente en los textos sobre bioética: el sida. El profesor Jokin de Irala y Cristiana López del Burgo se encargan de explicar la estrategia preventiva conocida como ABC, avalada por médicos y científicos prestigiosos de todo el mundo en una declaración publicda en «The Lancet».
Este libro es una valiosa introducción a la bioética. El lector puede hacerse una idea cabal de cuáles son los retos decisivos, pero sobre todo estas páginas le pueden ofrecer pautas y criterios para argumentar en defensa de la dignidad de todo ser humano.
Josemaría CarabanteACEPRENSA