El aparente enigma de que la sociedad más informada sea, al mismo tiempo, la más susceptible a la manipulación, puede resolverse con una analogía. Como ocurre con la riqueza, lo importante de la información no es la cantidad disponible, sino la posibilidad de acceder a ella. No somos una sociedad informada, sino una sociedad con una potencialidad casi infinita para informarse, y en esa diferencia ahonda la obra de los profesores Bergstrom y West.
“Bullshit”, término que engloba los datos mal presentados, la selección ventajista de unos hechos sobre otros, las estadísticas chapuceras, las extrapolaciones sin fundamento y decenas más de trampas intelectuales, admite diversas traducciones –la más literal sería “estiércol”, por recurrir al eufe…
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