Alianza. Madrid (1998). 496 págs. 2.800 ptas.
Los autores de este libro fueron los principales protagonistas de la gestación y puesta en marcha de la nueva Ley de Ordenamiento General del Sistema Educativo (LOGSE) con el gobierno socialista. Álvaro Marchesi, catedrático de Psicología Evolutiva de la Universidad Complutense (Madrid), ocupó durante diez años el puesto de secretario de Estado del Ministerio de Educación; por su parte, Elena Martín, profesora titular de la Universidad Autónoma de Madrid, fue directora del gabinete de la Secretaría de Estado del mismo Ministerio.
En Calidad de la enseñanza en tiempos de cambio se describen las bases educativas teóricas que después quedaron plasmadas en la nueva ley. Gran parte de los contenidos del libro analizan los factores que condicionan la calidad de la enseñanza. A lo largo de sus páginas se estudian las relaciones entre la sociedad y la educación, las distintas ideologías que condicionan los diferentes enfoques del sistema educativo, el sentido de la equidad y los inevitables condicionantes sociales y familiares que influyen en la enseñanza. También contiene interesantes reflexiones sobre el nuevo papel que desempeña el profesor ante unos alumnos que reflejan la diversidad cultural de la sociedad. Además, se analizan todos aquellos aspectos relacionados con la calidad de los centros docentes, la participación de los padres, el plan de estudios y la evaluación de los centros. La última parte del libro contiene las respuestas que los autores dan a cómo debe ser la auténtica calidad de enseñanza: allí analizan de manera detallada la práctica educativa en el aula y la evaluación del proceso de enseñanza y aprendizaje.
A la hora de leer estas páginas, especialmente recomendadas para los interesados en la psicología y la educación, no conviene olvidarse del punto de partida ideológico de estos autores. El tono objetivo y aséptico desaparece cuando analizan las concepciones de la educación (liberal, igualitarista y pluralista). Su análisis es claramente partidista, y presentan sus ideas (calificadas como pluralistas) como las más atrayentes y moderadas. Al comentar los fundamentos educativos de la ideología liberal simplifican en demasía sus propuestas, y reducen su ideario educativo a la insistencia en la selección de los alumnos y en equiparar la calidad de enseñanza con el rendimiento académico, defecto que hacen extensible a toda la enseñanza privada. Leyendo a estos autores se diría que la defensa de la igualdad de oportunidades y de la equidad en la enseñanza es exclusiva de los partidos de izquierdas y de la enseñanza pública.
El libro tiene, además, un interés político, ya que en su parte final se incluye un Anexo en el que los autores describen la realidad educativa española desde 1970 hasta 1996, sin entrar en valoraciones políticas concretas sobre los años de gobierno del Partido Popular, ya que todavía ha transcurrido poco tiempo para juzgar con profundidad su política educativa. En este Anexo, los autores reafirman su confianza en la LOGSE y se muestran satisfechos, en líneas generales, con la aplicación de la ley. Como aspectos más positivos de la LOGSE destacan, por ejemplo, la extensión de la educación obligatoria y la transformación de la Formación Profesional, aunque esta etapa todavía está por implantarse de manera generalizada. Las carencias que encuentran tienen que ver con la estabilidad de las plantillas, las escasas perspectivas profesionales que tiene el profesorado, la ausencia de una formación inicial de calidad para los profesores de secundaria y la inexistencia de programas de evaluación de los centros docentes.
Adolfo Torrecilla