Ignacio Martínez de Pisón (Zaragoza, 1960) recupera en esta novela el tema de las relaciones familiares, tal y como hizo en El fin de los buenos tiempos (1994). Un padre y su hijo adolescente recorren poco antes de la muerte de Franco carreteras, pueblos y ciudades del noreste español. Felipe, un moderno pícaro, es un chaval rebelde, maleducado y bastante espabilado para su edad, sobre todo en las cuestiones sexuales. Su padre es un negociante sin escrúpulos, con mala suerte y con un curioso sentido de la dignidad. La influencia de su padre en Felipe es fácil de adivinar: la vida es una una huida hacia no se sabe dónde.
La mirada desgarrada de Felipe obliga al autor a forzar las situaciones. Las referencias a la España de los años setenta son simplistas. Aunque hay momentos intensos y divertidos, los ingredientes de la novela –on the road y de aprendizaje- condicionan su resultado.