Niall Ferguson (Glasgow, 1964) es uno de los historiadores actuales más jaleados y con mejor prensa, cosa que se merece pero quizá no en las cotas que se dice. Después de obras como Dinero y poder en el mundo moderno, Coloso. Auge y caída del imperio americano, La guerra del mundo y El triunfo del dinero, se atreve nada menos que con el conjunto de la civilización occidental, en comparación con las demás.
Un tema tan amplio no puede dejar de tener lagunas. Las más notables son las que se refieren, si se intenta hacer una historia de todo el mundo occidental, a la cultura hispánica; pero ya se sabe que esta ignorancia es algo que lleva ya siglos de existencia. Y por mucho que se hable de multiculturalismo, cada uno entiende mejor su cultura que la ajena.
La tesis central es que Occidente ha sido superior a las demás culturas por seis razones: competencia (en el sentido de competitividad), ciencia, sentido de la propiedad, medicina, consumo y trabajo. En cada uno de estos grandes capítulos, Ferguson se detiene en algunas cuestiones monográficas, muy bien tratadas, pero que suscitan la pregunta de ¿por qué no otros temas?
Hay relieves llamativos como una cierta defensa del colonialismo, en lo que tuvo, por ejemplo, de búsqueda y hallazgo de remedios para enfermedades endémicas que asolaban, entre otras, a la población africana. O la defensa de la propiedad privada y de la ganancia como impulso para el desarrollo.
Esta defensa desde dentro de la civilización occidental no es hoy muy usual, si se tiene en cuenta la ola de derrotismo que invade muchas manifestaciones culturales. Ferguson tiene razón en que, asentada la superioridad de Occidente en muchos aspectos, el mayor peligro no viene de fuera, sino de dentro, de esa incapacidad para, después de reconocer los errores, afirmar los aciertos, que son muchos y de los que se ha beneficiado el resto del mundo. En conjunto, una obra valiosa y a contracorriente.