Todo amante de los libros conoce la historia de la Biblioteca Warburg, la mejor colección de libros sobre iconografía, magia, paganismo y Renacimiento del mundo. Tenía una extraña forma elíptica, pero lo más curioso era que el orden obedecía a las esotéricas conexiones establecidas por su fundador, Aby Warburg. Hoy, con sede en Londres, ha perdido algo de esa magia laberíntica y oscura que cautivó a Ernst Cassirer o a Erwin Panofsky cuando se levantaba en Hamburgo, pero se sigue sin saber, a ciencia cierta, el criterio de colocación de los ejemplares.
Calasso recuerda a este judío perteneciente a una importante estirpe de banqueros para aclarar que una biblioteca es un ser vivo, personalísimo, y que su disposición revela tanto los gustos co…
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