Para los antiguos aficionados al baloncesto, es una delicia abrir un libro presentado por Emiliano Rodríguez y prologado por Nino Buscató, dos jugadores incomparables de la segunda mitad del siglo XX. El interés crece porque se trata de una biografía de Dani Fernández (1929-2015), uno de los constructores de la madurez en España de ese deporte, junto con otros nombres señeros como Raimundo Saporta o Anselmo López. Dani es reconocido también como hombre clave para hacer del Joventut de Badalona, la Penya, uno de los grandes del baloncesto, que estuvo a punto de ganar a los míticos Lakers en el inolvidable trofeo de París en 1991 (perdió sólo por dos puntos: 114-116).
Tengo mucho contacto con el autor del libro desde hace años. Tantas veces nos hemos consolado mutuamente, ante los duros avatares de nuestros dos equipos, aunque los problemas del Joventut no fueron nunca tan graves como los de Estudiantes: dos instituciones hermanadas por afición auténtica y amplísima cantera. Recuerdo la alegría en 1967 cuando ganó al Real Madrid en la última jornada, y dio la primera liga a la Penya.
José Fernández Capo es hijo del biografiado. Mi hermano pequeño, Fernando, prematuramente fallecido, fue antiguo alumno del instituto Ramiro de Maeztu, modesto gerente de Estudiantes, uno de los promotores de su Fundación. Pero sin aquel no se puede escribir la historia del equipo de Badalona –en parte, de la propia ciudad–, del baloncesto catalán y, en gran medida, del español.
Con su experiencia como gran constructor, hizo de la Penya una verdadera empresa deportiva, sin perder las profundas raíces de amistad que fueron seña distintiva, también cuando se consolidó la profesionalización. Al cabo, como describe este libro, el baloncesto tuvo origen cristiano en América, y el propio Dani –ayudado siempre por su mujer, Pepita– fue ejemplo de ese espíritu que encauza y potencia positivamente las pasiones humanas.
Fue, además, el promotor de la primera gran revista especializada en baloncesto, Rebote. Y protagonizó la introducción en España del conocido minibasket, hoy tan popular en España.
El libro –con una documentación exhaustiva– será fuente indispensable para la historia del baloncesto español. Pero, sobre todo, relata la apasionante aventura de un hombre que comenzó a trabajar a los trece años en el gremio de la albañilería, y puso al servicio de todo el mundo unas dotes humanas excepcionales.