“En absoluto se quiere aquí proponer un análisis de tipo sociológico sobre las conversiones, sino más bien dar razón -a través de una pluralidad de experiencias- de lo que hace fascinante la experiencia cristiana a los ojos de quienes han crecido en la tradición islámica. Por eso, cualquier lectura de estas páginas de tipo ideológico o político corre el riesgo de falsear su espíritu y contenidos”, explican en la introducción de Cristianos venidos del Islam Giorgio Paolucci y Camille Eid, autores del libro y periodistas del diario italiano Avvenire.
El libro recoge dieciocho testimonios de conversiones desde el Islam protagonizadas por cristianos contemporáneos; once de los casos están desarrollados con mayor extensión. Además, se incluyen: un prefacio en el que Samir Khalil Samir, sacerdote jesuita y experto en Islam (ver Aceprensa 126/03), defiende la tesis de que no hay textos del Corán que apoyen el castigo para los que abandonen la fe musulmana, y dos apéndices, uno en el que se presenta un panorama de ausencia de libertad religiosa en diferentes países islámicos, y una breve sinopsis de la vida de Afif Osseiran, famoso converso libanés fallecido en 1986.
Venciendo la resistencia habitual de los conversos del Islam a narrar su experiencia por temor a represalias, los protagonistas de los testimonios ofrecen apuntes interesantes sobre el camino de conversión. Hay casos en los que el primer contacto con la fe llegó a través de las ondas radiofónicas. En su gran mayoría, se trata de personas afincadas en Italia, por lo que es natural que un factor común en sus conversiones sea la confrontación entre la fe y la cultura de sus países de origen con la fe y la cultura cristianas con ocasión de viajes a países occidentales.
Destaca también el desagrado ante la creciente influencia del fundamentalismo en la vida de sus países natales y, de nuevo, el contraste esta vez entre un mensaje de paz y amor frente a un uso político y violento de la religión. El deseo de mayor libertad, el misterio de la cruz, y la curiosidad intelectual generalmente acallada con un “es mejor no hacerse preguntas” son elementos también presentes a lo largo de las experiencias relatadas. Y, siempre, antes o después aparece en sus trayectorias un misionero, una monja, un sacerdote, un grupo de universitarios, una amiga… el ejemplo de un fiel cristiano que les empuja a dar un impulso decisivo hacia la conversión.
Quedan claras al leer esta veintena de conversiones las dificultades familiares, sociales y políticas a las que se enfrentan quienes se atreven a dar este paso desde el Islam. La apostasía provoca un enorme rechazo social en los países islámicos, cuando no una discriminación jurídica o castigos violentos. Hostilidad también presente a veces en los musulmanes emigrados a países como Italia.