EUNSA. Pamplona (2005). 176 págs. 18 €.
Este libro recoge las reflexiones de juristas, políticos, profesores universitarios, teólogos e historiadores sobre las relaciones entre Iglesia y democracia en España. Los autores desmontan el tópico de que la Iglesia es enemiga de la democracia. La Iglesia no añora «tiempos mejores» en los que tenía poder político en la sociedad: solo reivindica la justa separación entre Iglesia y Estado, a la vez que exige el respeto de sus derechos y el de los ciudadanos que, siendo cristianos, desean intervenir en la marcha de la sociedad democrática.
Los profesores Andrés Ollero y Alfredo Cruz Prados abordan desde perspectivas diversas -el primero desde la filosofía del derecho, y el segundo desde la filosofía política- la relación entre democracia y verdad. Para estos autores, la afirmación de que el relativismo dispone mejor a los individuos para la tolerancia es una falacia; la intolerancia aparece -dicen- cuando se rechaza por principio y sin discusión racional alguna las propuestas ajenas, sólo porque coinciden con un determinado credo religioso.
Desde el punto de vista jurídico, el profesor Rafael Navarro-Valls propone situar la libertad religiosa en el centro del debate sobre las relaciones entre el Estado y las Iglesias. Sólo desde esta perspectiva, explica, podremos superar con habilidad esa «guerra fría religiosa que quieren imponer los extremistas de la ‘moralidad sin límites’ y los fanáticos de la ‘cultura sin religión'».
Otros expertos analizan con rigor las cuestiones que son con frecuencia el ámbito de disputa entre la Iglesia y el Estado: la enseñanza de la religión y la libertad de enseñanza, el derecho a la vida, el matrimonio y la familia, etc.
Un último bloque de artículos se dedica a temas que afectan más directamente a la religión y a la Iglesia católica. Así, el periodista Diego Contreras ofrece un examen detenido sobre el tratamiento de las cuestiones religiosas en la prensa. Los historiadores Fernando de Meer y Alberto de la Hera describen el tratamiento de la cuestión religiosa en la historia reciente de España. El profesor Carlos Soler, coeditor del libro, sintetiza el Magisterio de Juan Pablo II sobre la democracia; y el teólogo César Izquierdo, también coeditor, se pregunta por la validez de una ética civil sin referencia a un fundamento absoluto. La obra se cierra con un epílogo de Mons. Fernando Sebastián, que invita a todos los cristianos a ser «el rostro elocuente de la Iglesia en la nueva sociedad».
El resultado es un libro inteligente, donde predomina el argumento racional sobre la pataleta ideológica. De esta forma, los autores contribuyen con lucidez a esclarecer cuestiones delicadas.
Juan Meseguer Velasco