“The economy, stupid” fue la frase, a modo de eslogan, que Bill Clinton empleó en la campaña electoral de 1992, en la que se enfrentó y derrotó a George H. W. Bush. Tal fue el éxito de este enunciado, que se popularizó, y la expresión, de algún modo, resuena en este interesante y oportuno libro del profesor Rafael Pampillón.
El autor ofrece un rápido recorrido por la historia de la economía, que muestra cómo las crisis, en diferentes momentos, han provocado cambios radicales en la orientación y los planteamientos de la política económica. En concreto, considera que se han producido cinco “cambios pendulares”: el paso del mercantilismo al denominado modelo clásico, la aparición del keynesianismo, el protagonismo de la economía y las políticas de oferta, la vuelta al keynesianismo y la irrupción de los movimientos populistas.
El autor aborda estos cambios –de indudable complejidad y trascendencia– de manera comprensible para no especialistas. Los plantea como estudios de casos en los que expone contextos, acontecimientos y protagonistas clave. A través de ellos, el lector obtiene una visión panorámica sobre la primera y la segunda revolución industrial, la Gran Depresión y la llegada de la Primera y de la Segunda Guerra Mundial, la crisis del petróleo y la estanflación, la crisis financiera de 2008 y, cómo no, la pandemia en la que aún estamos inmersos.
Tras la revisión de los casos, en el capítulo final, Pampillón se pregunta qué se puede aprender de las circunstancias que llevaron a dar un giro en las políticas económicas. En ese sentido, encuentra diez posibles razones, entre ellas el descontento de la gente, la aparición de un nuevo líder, el desgaste por motivos externos o internos que se manifiesta en las elecciones, o el retraso en la aplicación de las medidas consideradas como necesarias.
Para Pampillón, la historia reciente permite concluir que las crisis económicas desembocan en cambios de gobierno. El tema que aborda es de absoluta actualidad y ayuda a entender el contexto actual y particular en que se encuentran muchos países. La pérdida de paciencia y confianza de los ciudadanos frente a la gestión del gobierno, expresadas mediante el voto, exige un cambio en las políticas económicas, de lo que cabría esperar acontecimientos en nuestro entorno inmediato.