Plaza y Janés. Barcelona (2004). 341 págs. 18,50 €.
«Días de ruido y furia» es la respuesta de un profesional de la televisión a los interrogantes suscitados tras su destitución. En la antesala de este libro se revela el dilema entre el silencio, pocas veces interpretado como valentía, y la protesta, muchas veces considerada pataleta innecesaria. En función de la empatía con el autor, el lector decidirá.
Alfredo Urdaci, responsable de la dirección de Informativos de Televisión Española entre 2000 y 2004 y con casi veinte años de vivencias en RTVE, recapitula, para poder enfrentarse al último examen de los telespectadores, sus pasos en el meandro de acontecimientos de la actualidad española e internacional. Hechos que van desde el 11-S hasta el 11-M pasando por la guerra de Irak, la catástrofe del «Prestige», etc.
«Días de ruido y furia» se clasifica como un libro del momento, porque la actualidad caduca y el telediario de ayer visto hoy ya no vale.
La narración del presentador guarda el equilibrio, aunque en ocasiones puntuales no oculta su vehemencia por desvelar informaciones que cobran vida como primicias por fin aclaradas. Urdaci nos muestra los entresijos de la televisión pública, lienzo en el que las pinceladas son caras conocidas detrás de las cuales se nos descubren personas con sus virtudes, sus defectos, su generosidad, sus celos profesionales. Desde las presentadoras, donde se incluye a la mismísima futura reina de España, hasta el selecto grupo de corresponsales de guerra, entre los cuales dedica un capítulo entero al caso Ángela Rodicio.
De igual modo, Urdaci consigue mostrar el trabajo indispensable de personas menos conocidas -realizadores, editores, programadores, etc.-. Dedica un capítulo a explicar cómo se fabrica un telediario o cuál es el protocolo a seguir ante un acontecimiento inesperado.
Al margen del análisis de las relaciones interpersonales dentro de la Casa, el libro recoge las disputas entre TVE y las televisiones privadas, desde el robo de la señal para no quedarse a la zaga en alguna emisión trascendente hasta el asunto de la doble financiación del Ente Público.
Desde una óptica profesional, Urdaci reivindica el trabajo realizado en TVE frente al de otras cadenas que, según él, reclaman imparcialidad en la televisión públca desde la parcialidad más absoluta.
El escudo que esgrime para hacer frente a las críticas es la comparación entre el «share» de su época y el «share» en el momento de la redacción del libro, una cuota de pantalla que ha ido disminuyendo a pesar de los recursos de la televisión pública. Lejos quedan los éxitos de «Cuéntame», «Operación Triunfo» y el liderazgo en audiencia de los telediarios y el global del Ente.
Álvaro Lucas