Javier Ocaña lleva más de un cuarto de siglo dedicado a escribir sobre cine. Es uno de los críticos de cabecera de El País, colabora habitualmente en otros medios y programas especializados, e imparte cursos y conferencias sobre historia del cine y lenguaje cinematográfico. Pero, además, es padre de dos hijos, de 14 y 11 años.
Con este bagaje de crítico, profesor y padre, escribe un libro que nace de la experiencia de haber pasado muchas horas delante de la pantalla, acompañando a sus hijos. Y nace también de la constatación de que, sin grandes esfuerzos ni necesidad de “hacer sangre”, los niños son capaces de disfrutar y valorar el buen cine, esos títulos que los mayores llamamos “clásicos” y que pensamos que una generación educada en la m…
Contenido para suscriptores
Suscríbete a Aceprensa o inicia sesión para continuar leyendo el artículo.
Léelo accediendo durante 15 días gratis a Aceprensa.