Existen muchos libros cuyo objetivo es dar con la fórmula para escribir una buena historia y, dentro de este terreno, no son pocos los autores –Robert McKee, Linda Seger o Syd Field, entre los más conocidos– que han estudiado el arte del guion cinematográfico. En cambio, apenas hay libros dedicados a cubrir ese abismo que media entre un guion y la película que, tiempo después, será estrenada en la gran pantalla.
Sin embargo, es en ese misterioso intermedio entre texto e imagen donde se debate la coherencia de todo el proceso fílmico. La unidad narrativa de un guion –con sus personajes, metas y conflictos– exige ser bien interpretada términos visuales: color, luz, movimiento, ritmo, tratamiento del espacio, etc. Recordando las palabras del c…
Contenido para suscriptores
Suscríbete a Aceprensa o inicia sesión para continuar leyendo el artículo.
Léelo accediendo durante 15 días gratis a Aceprensa.