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Desastre. Historia y política de las catástrofes

EDITORIAL

TÍTULO ORIGINALDoom. The Politics of Catastrophe

CIUDAD Y AÑO DE EDICIÓNBarcelona (2021)

Nº PÁGINAS640 págs.

PRECIO PAPEL27,90 €

PRECIO DIGITAL12,99 €

GÉNERO,

El historiador Niall Ferguson publica un libro enciclopédico, en el que, como siempre, combina de un modo magistral la historia con la actualidad. No es una obra exclusivamente de historia porque utiliza un suceso actual, la pandemia, como punto de partida para desarrollar sus reflexiones históricas, geopolíticas e incluso económicas. Hay profusión de datos, aunque no por afán erudito, sino al servicio de las tesis del ensayo. Los ejemplos del pasado reflejan el propósito del historiador de recordarles a los actuales gestores de las catástrofes las enseñanzas que cabe extraer de acontecimientos anteriores. Pero en el fondo duda de que lo hagan. En las pandemias, es frecuente que el virus contamine no solo los cuerpos, sino también las almas.

Ferguson escoge tres animales como símbolos de las catástrofes. El rinoceronte gris es el desastre que se ve venir y que llega inexorablemente tarde o temprano. El cisne negro es el más sorpresivo. Por último, el rey dragón es la catástrofe perfecta, la más devastadora, que deja una huella perdurable. La pandemia del covid-19 pertenece a la primera categoría, en su opinión. Más controvertidos son sus análisis sobre la responsabilidad de los políticos. Cree que Obama no lo habría hecho mejor que Trump o que los anteriores primeros ministros conservadores tampoco hubieran tomado decisiones más acertadas que Johnson. Atribuye los errores de gestión a la burocracia y a los niveles intermedios de la cadena de mando, que son, en definitiva, los asesores de los políticos, por muy populistas que sean.

Los expertos querrían planificarlo todo, pero, según el autor, las catástrofes son intrínsecamente impredecibles, también las atribuidas al hombre, como el cambio climático que, por cierto, Ferguson no niega, pero contra el que no considera prioritario luchar. Lo importante hoy es centrarse en la pandemia. Considera que el mejor modelo de gestión de una crisis fue el de Eisenhower durante la gripe asiática de 1957. El presidente americano preconizó la inmunidad de grupo y la vacunación selectiva, pero no declaró el estado de emergencia, ni endeudó el país, ni ordenó confinamientos masivos. El problema es que los estadounidenses de hoy tienen menos tolerancia al riesgo que los de entonces.

Aunque no está directamente relacionado con las catástrofes naturales, uno de los temas más interesantes que se abordan en estas páginas tiene que ver con la “segunda guerra fría” librada entre China y Estados Unidos. El peligro es que por un error de cálculo se transforme en guerra caliente, en particular por causa de un ataque chino contra Taiwán y la consiguiente reacción de Washington. Un fallo de cálculo, como fue el de los alemanes al invadir Bélgica en 1914 o Polonia en 1939, puede provocar una tremenda catástrofe.

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