Aunque algunos pretenden negarlo para reivindicar el pluralismo religioso, la concepción de la religión en Occidente está marcada por el cristianismo, e incluso cuando tratamos de comprar diferentes creencias, lo hacemos bajo una óptica cultural mediada por la fe cristiana. Y no es solo nuestra moral la que revela su impronta: gracias al cristianismo, aceptamos que la fe exige compromiso; que la religión combina rituales, creencias y normas morales; que tiene que ver con lo sobrenatural y trascendente, y que no hay que confundir lo secular con lo sagrado.
Pero esta familiaridad entre nuestra cultura y nuestra herencia religiosa puede hacernos olvidar la novedad que supuso el cristianismo en los primeros siglos de nuestra era; fue su singula…
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