Diario del gueto no es precisamente una novela. Tampoco es un libro de memorias. Es un relato testimonial que en forma de diario recoge los recuerdos y las ideas del autor, el polaco Janusz Korczak (1878-1943), médico pediatra, educador y autor de libros pedagógicos y de novelas que también tocan temas infantiles, como Si volviera a ser niño o El rey Matías.
En sus últimos años, Korczak, ya confinado en el gueto de Varsovia por su origen judío, escribe sus memorias en circunstancias trágicas y rodeado de un ambiente violento. El relato comienza en mayo de 1940 y de forma retrospectiva aparecen los recuerdos de su infancia, la enfermedad de su padre, sus estudios, la carrera de medicina, su estancia en el frente y su posterior dedicación a los niños. Su última anotación es del cuatro de agosto de 1943; en los días siguientes el gueto es rodeado y masacrado; el manuscrito queda inconcluso.
Pero sobre la dureza, histórica y real, de la crueldad nazi en el gueto de Varsovia, destila la bondad de un médico como Korczak que, junto a otras personas de buen corazón, dedica su vida a los niños que alberga en el centro que abre para ellos. Cuando los niños son trasladados a Treblinka y se entrevé un tremendo final, libre y voluntariamente decide ir con ellos.
Este libro se asemeja a veces a un ensayo, en el que, a la luz de sus vivencias, el autor reflexiona y saca conclusiones. Se trata de un texto original, bien escrito, con una prosa fuerte, realista y un estilo peculiar en el que prima su objetivo testimonial sobre el literario. Son numerosas las notas a pie de página y el volumen incluye además un apéndice biográfico, fotografías, el manuscrito del diario y otra documentación. Junto a esto, sabe expresar sus sentimientos y los de los protagonistas y nos acerca a las circunstancias dramáticas que atravesaron, lo que suaviza la lectura.
Si el Holocausto es una de las páginas negras y amargas de la historia europea, ofrece como contrapunto el heroísmo generoso de tantos que, como Korczac, hipotecaron su vida por salvar las de otros o paliar sus sufrimientos.