Acantilado. Barcelona (2006). 302 págs. 18 €. Traducción: Jerzy Slawomirski y Anna Rubió.
Poco a poco, con gran aceptación, se ha ido conociendo en España la obra del poeta polaco Adm Zagajewski (Lvov, 1945). Ya se han publicado varios poemarios -«Tierra de fuego» (ver Aceprensa 153/04) y «Deseo y Poemas escogidos»-, una colección de ensayos -«En defensa del fervor» (ver Aceprensa 129/05)- y su libro autobiográfico «En la belleza ajena» (ver Aceprensa 18/04), texto que muy bien puede servir de introducción a las circunstancias personales de un autor que tuvo que exiliarse de la Polonia comunista para encontrar su voz poética en el extranjero. Ahora se publica «Dos ciudades», una colección de textos donde vuelve a combinar la ficción con lo biográfico
Comienza con el texto que da título al libro, «Dos ciudades», ensayo biográfico donde el autor reflexiona sobre los lugares que formaron su vocación de escritor. En este caso, recuerda cómo influyó la ciudad polaca de Lvov, hoy en territorio ucraniano, en su vida y en la de toda su familia, ciudad de la que fueron deportados para irse a vivir a Gliwice. Este sentimiento de perpetuo exilio es una constante en su vida literaria, pues Zagajewski, hasta su regreso definitivo a Polonia tras la caída del muro de Berlín, ha recorrido diferentes ciudades y países.
De los textos que componen este libro, «Dos ciudades» es el más biográfico y el que mejor explica su mundo literario. El resto, junto con breves ensayos sobre escritores (los diarios parisinos de Ernst Jünger y los escritor de Paul Léataud) y otros lugares que le han marcado, como Cracovia, son breves ficciones con un claro componente político, pues Zagajewski, siempre que puede, analiza y ridiculiza la presión comunista que vivió en su país y que determinó el carácter tanto de su nación como sus características como escritor. En su caso, el comunismo le ha servido, por contraste, para «descubrir la belleza que hay en el mundo», pues Zagajewski incorpora en sus narraciones y poesías un sentido altamente positivo de la condición humana, aun en medio de las dificultades de vivir en un medio tan deshumanizado.
Adolfo Torrecilla