En los últimos años se ha acentuado la crítica al capitalismo, aunque los expertos sugieren corregirlo más que cambiarlo. Sin embargo, para los autores que colaboran en Economía y salud social, el problema no reside solo en las deficiencias de un modelo productivo: lo decisivo es la institucionalización de una forma de vida capitalista que, desbordando lo económico, ha convertido todo en moneda de cambio. A nadie se le escapa que la mirada economicista es ciertamente reductiva y que, ante ella, se impone la necesidad de repensar alternativas viables que hagan justicia a la riqueza del ser humano.
No es de extrañar que este ensayo se inscriba en la corriente renovadora de Francisco y que se presente como una especie de vanguardia o preparación del encuentro con economistas, previsto en Asís a finales de este mes. Tanto en uno como en otro caso, la pretensión es la de humanizar el sistema económico. En este sentido, los trabajos incluidos en este volumen exploran diferentes dimensiones, pero todos se inscriben en la perspectiva de la salud social, una forma de atender al bienestar del colectivo, pero incluyendo magnitudes más intangibles, que superan lo económico.
Junto a la crítica de la noción tradicional de progreso y al replanteamiento de la racionalidad humana, los autores insisten en resituar al hombre en un contexto más amplio, denunciando al mismo tiempo la inconsistencia y parcialidad de algunas concepciones del hombre. No, este no es un mero maximizador y antes que homo oeconomicus se presenta como persona, irreductible a sus elecciones de consumo.
Haciéndose eco de las últimas tendencias en el campo de las ciencias sociales, especialmente de los trabajos de Amitai Etzioni, los textos aquí reunidos dan testimonio del “giro relacional” y de la existencia de modelos socioeconómicos más sensibles a las necesidades no materiales de la persona. Asimismo, en estas páginas se brinda una interesante reflexión sobre los efectos que nuevas concepciones, como la economía del don, pueden tener en campos tan diversos como la empresa, el consumo o el empleo.
En definitiva, Economía y salud social plantea la necesidad de superar ese economicismo tan empobrecedor que, en muchos casos, aunque no necesariamente, sustenta el modelo capitalista.