En la sociedad de consumo se corre el riesgo de apegarse al disfrute de tantas posibilidades que se impone una reeducación en la virtud de la templanza. Ciertamente, no se trata de la virtud más importante, pero la moderación en el uso de lo agradable constituye una necesidad imperiosa en un contexto social marcado por la multiplicación de los recursos y la búsqueda constante del placer.
El autor ha escrito este breve ensayo para clarificar algunas cuestiones importantes en la educación de las personas en la moderación. Empieza por aclarar el concepto y el alcance de la virtud de la templanza, subrayando su sentido positivo y el daño espiritual y moral de la falta de moderación. Destaca, sobre todo, el papel del ejemplo a la hora de educar en esta virtud, para después referirse a las diversas manifestaciones de la templanza: en la comida, en las diversiones, en el uso del dinero o de aparatos y objetos, etc. Junto con sugerentes reflexiones, el libro resulta útil por las recomendaciones y consejos prácticos que ofrece.