Plaza & Janés. Barcelona (1999). 252 págs. 2.950 ptas.
La obra narrativa de José Luis Sampedro ha concedido siempre particular atención a la vertiente sentimental. En este caso, se mueve en el turbulento mundo de la sexualidad, el erotismo y la búsqueda de la identidad. Poco antes de morir, el protagonista reproduce los episodios del pasado que le llevaron a descubrir, por fin, su identidad. Sexo masculino, género femenino, lesbiana y pasiva. Vamos, tan normal como cualquiera, ¡faltaría más, señora! Un cóctel que intenta ser provocativo, pero que rezuma el mensaje políticamente correcto de que todas las combinaciones sexuales son legítimas e igualmente acreedoras a pensión de viudedad.
Este nuevo tipo de moralina acartona una novela escrita con prosa correcta. ¿Para cuándo una novela arriesgadamente transgresora que hable a las claras de la heterosexualidad abierta a la procreación? Hará falta el coraje de un nuevo D.H. Lawrence.
Juan Domínguez