El Facundo de Domingo Sarmiento (1895) es una de las obras seminales no ya de la literatura de Argentina, sino de su propia identidad nacional. La contraposición entre la Buenos Aires ilustrada y el resto del país que señala el subtítulo –Civilización y barbarie en las pampas argentinas– es una constante en el imaginario del país, y late en el fondo de esta distopía que escribió Pedro Mairal en 2005.
El apocalipsis a cámara lenta que narra comienza con el avance de la intemperie, una especie de mal de la piedra voraz que se va comiendo los edificios de la capital. La destrucción física arrasa con todo, y la sociedad se adapta, muta, se asilvestra, inventa nuevas reglas y sobrevive, o al menos vive. A este deterioro lo acompaña un retroceso …
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