Quien ame el árbol, sobre todo en su sitio natural, el bosque, disfrutará de esta voluminosa novela –casi 850 páginas–, de Annie Prouxl (Connecticut, 1935) y hasta sentirá que se acabe. Entre otras cosas, porque el final no es precisamente lo mejor.
La historia va de dos sagas familiares, desde 1693 hasta 2013. Una saga desciende de un francés, René Sel, que se casa con una india micmac, en las proximidades del actual estado de Maine. Son sucesivas familias que tienen que ver el avance de los colonos y sobre todo de la actividad de una poderosa industria maderera, fundada por el iniciador de la otra saga, los Duquet, luego Duke.
En medio pasan sucesos capitales como la apropiación por Inglaterra de Nueva Francia (Canadá), la independencia d…
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