Un adinerado coleccionista de arte es encontrado muerto en su habitación en extrañas circunstancias. Todo parece indicar que se trata de un suicidio, versión que es asumida por todos, menos por el detective Philo Vance, quien después de analizar los hechos afirma que se trata de un asesinato, aunque no lo parezca, pues la muerte ha tenido lugar en un cuarto cerrado, donde nadie ha podido entrar.
No es el único caso de estas características. Después de estudiar crímenes similares en habitaciones cerradas, se demuestra que este es distinto. Además, el hecho de encontrar en la casa del asesinado a una perrita terrier a la que han herido, hace que Philo abra una línea de investigación nueva en el mundo de los perros, actividad en la que es un auténtico profesional.
La investigación sobre perros y porcelanas chinas cobra así derroteros insospechados, donde brilla la sagacidad del esteta Philo Vance, un personaje original, como tantos que pueblan las novelas policiacas de la década de 1930 en el mundo norteamericano y anglosajón.
La trama está muy conseguida, con inteligentes e inesperadas ramificaciones e interrogatorios brillantes. Los personajes que aparecen en escena muestran todos algún aspecto oscuro, que los lleva a pasar por posibles culpables de los crímenes que Philo Vance desentraña mientras acompaña al fiscal responsable de la investigación. Al final, la mente lógica del detective acaba imponiéndose al decorado a veces enmarañado de los hechos.
S.S. Van Dine fue el seudónimo que utilizó Willard Huntington Wright (1888-1939) para sus novelas policiacas, 12 en total, que han resistido bien el paso del tiempo y que están siendo reeditadas por Reino de Cordelia. En ellas, escritas entre 1926 y 1939, se aprecia el profundo conocimiento que tenía de la historia de la novela policiaca, sobre la que publicó algunos ensayos. Esta obra se publicó por vez primera en 1933.