Dos científicos del Museo Americano de Historia Natural, Rob DeSalle, genetista, y Ian Tattersall, antropólogo, emprenden la ardua tarea de explicar los avances actuales en el conocimiento del comportamiento y la conciencia humanas. Inician su largo periplo evocando el Big Bang, hace 13.700 millones de años, cuando en una enorme explosión se originó la materia. A partir de ahí, exploran el origen de nuestros evolucionados cerebros humanos. Somos “polvo de estrellas”: los átomos que constituyen las moléculas que forman el tejido nervioso se originaron en aquella primera explosión, junto con las estrellas, constelaciones y planetas.
Según los autores, lentamente y a través de una evolución sin ningún fin, ni propósito, ni siquiera guiada por …
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