Nerea. Guipúzcoa (1999). 248 págs. 3.200 ptas. Traducción: Javier Sánchez García-Gutiérrez.
La conmemoración del IX centenario de la muerte de Rodrigo Díaz de Vivar ha estimulado la edición de biografías de este personaje, tan invocado por la historiografía como desconocido en su verdadera realidad. La tarea de rescatar al hombre de su propia leyenda se hace tanto más ardua cuanto el mito en torno a la figura del Cid comenzó a forjarse poco después de fallecer el héroe en Valencia en el año 1099.
Sin dejar de lado los estudios ya clásicos de Menéndez Pidal y Menéndez Pelayo, el autor se sirve de todas las fuentes que pueden arrojar alguna luz sobre el Campeador: crónicas y documentos de las cancillerías cristianas y musulmanas, cantares de gesta, investigaciones arqueológicas… Un análisis exhaustivo de todo este material demuestra sobradamente el carácter fantástico de episodios como la Jura en Santa Gadea o la Afrenta de Corpes. Pero no es este rigor de historiador el único y principal interés de El Cid de Fletcher, sino el acierto de situar el personaje en su dimensión europea y mediterránea, superando la imagen de héroe nacional y «nacionalista».
Así, dedica más de la mitad de su estudio a desplegar el telón de fondo en el que se desenvuelven las hazañas de Rodrigo Díaz, deteniéndose en presentarnos a otros contemporáneos del Cid que, al igual que el héroe castellano, ponen su espada al servicio del mejor postor, sea este cristiano o musulmán. Este novedoso planteamiento constituye, sin duda, lo mejor del libro, pues, siguiendo un esquema diacrónico, Fletcher reconstruye una de las fases más apasionantes de la llamada Reconquista al tiempo que nos presenta a las tropas almorávides cruzando el Estrecho y a los ejércitos Cruzados camino de Jerusalén. Interesantísimos también son los dos apéndices con los que se cierra el estudio, en los que asistimos a los primeros pasos del nacimiento de la leyenda en torno al Cid y a una rigurosa investigación de los estudios que le preceden.
Margarita Sánchez