Ediciones B. Barcelona (2005). 368 págs. 19 €. Traducción: Borja Folch.
La última novela de la autora de «El faro de Alejandría» (ver servicio 105/97) narra la visita de un egipcio con formación griega a la Roma Imperial para cobrar una deuda familiar. Hermógenes, un comerciante «ciudadano romano» natural de Alejandría, es un hombre recto, insobornable, creyente en los «supuestos valores de la Roma antigua» y muy lógico en su raciocinio. Viaja a la ciudad imperial acompañado por dos esclavos, uno de ellos en calidad de secretario, y se hospeda en casa de un amigo de su padre, Crispo, homosexual. A partir de ese momento, los acontecimientos se suceden por cauces de novela policíaca, porque su deudor, Tario Rufo, no está dispuesto a pagarle. Hermógenes traza diferentes estrategias porque no volverá a Alejandría sin el dinero que merece, estrategias que provocan incidentes graves.
La relevancia de esta novela reside en el discurso personal de Hermógenes, en su metamorfosis interior cuando conoce a una antigua gladiadora llamada Cántabra -que se convierte en su guardaespaldas y finalmente en su concubina-, y en su concepción de la familia, porque con frecuencia recuerda a su hija que ha dejado en Alejandría y a su mujer de la que enviudó.
Resulta necesario conocer las costumbres de la época para situar en su contexto las referencias a la homosexualidad y a la figura de la concubina.
Marosa Montañés