“He presenciado de primera mano el hundimiento de la paternidad”. El que habla es Leornard Sax, médico de familia desde 1989, doctor en psicología y uno de los expertos en educación más reconocidos en Estados Unidos. Su experiencia profesional le ha servido para ir perfilando una teoría sobre la crisis de la paternidad. Como buen médico, en este ensayo analiza los síntomas de la “enfermedad”, ofrece un diagnóstico y, por último, prescribe unos remedios.
El subtítulo de la versión original apunta a la raíz de la crisis: “por qué hacemos daño a nuestros hijos cuando les tratamos como si fueran mayores”. Según Sax, muchos padres se han olvidado de lo que son: los principales responsables de inculcar, desde su posición de superioridad, determinados valores y formas de comportamiento. De esta forma, se ha producido una “transferencia de autoridad” desde los adultos hacia los menores.
La desaparición de los adultos ya sería mala en sí misma. Pero es que, además, la nueva “cultura adolescente” se caracteriza, según Sax, por la falta de respeto, también entre los propios jóvenes. Los padres no son los únicos culpables de esta crisis. Los medios de comunicación y los colegios han contribuido también a minar su autoridad: series para niños y adolescentes donde los mayores quedan como inútiles desfasados; pedagogías que, en aras de la creatividad, dejan a los alumnos decidir los contendidos y el ritmo del currículum (sin que realmente mejore su capacidad de análisis o su juicio crítico), etc.
En varios capítulos, Sax analiza la relación entre la crisis de autoridad y la emergencia de algunas patologías en la juventud de hoy, como la obesidad o ciertos trastornos psicológicos (bipolaridad, angustia, déficit de atención). Sin pretender establecer un vínculo de causalidad directa, acierta a mostrar cómo en la raíz de muchos de estos problemas se esconde una decisión de los padres y otros adultos, más o menos deliberada, de “escurrir el bulto” en la educación de los jóvenes. Recetar unas pastillas contra la hiperactividad siempre es más sencillo que enfrentarse a la ira de un hijo tirano.
Que Sax sea contundente en la crítica no significa que haya tirado la toalla. En cada capítulo ofrece consejos prácticos para recuperar la autoridad. Muchos son de sentido común, como no permitir pantallas en los cuartos de los niños, comer y cenar juntos o hacer deporte y divertirse en familia. Vale la pena, no obstante, que se recuerden, porque la cultura empuja fuertemente en la dirección contraria.