Abdulrazak Gurnah (Zanzíbar, 1948) es un escritor de origen tanzano que reside en Inglaterra desde hace más de medio siglo. En 2021 recibió el Nobel de Literatura por su “discernimiento inflexible y compasivo de los efectos del colonialismo”, cuestión tratada en muchos de sus libros, ya que ha explorado a fondo temas como el exilio y la identidad. En su producción narrativa destacan Paraíso, nominada para los premios Booker y Whitbread, y El desertor, novela que engarza una serie de relaciones humanas bastante complejas encuadradas en el marco del poscolonialismo.
La trama de El desertor se desarrolla en la costa oriental africana y aúna dos relatos conectados entre sí y basados en las vivencias personales del autor, que con dieciocho años salió de su país de modo ilegal. Esta experiencia lo marcaría para siempre.
El inicio es una narración en primera persona que arranca en 1899, en África, cuando un tendero llamado Hassanali encuentra en la puerta de su casa a un hombre blanco en estado lamentable al que acaban de atacar unos ladrones. Se trata de un escritor inglés, Martin Pierce, que es acogido en su hogar. Gracias a la proverbial hospitalidad de esta gente, Martin se integra en la familia y, al margen de otros sucesos, acaba surgiendo una historia sentimental con Rehana, la hermana de Hassanali, un amor aparentemente imposible por las diferencias culturales y raciales.
A pesar de estas complicaciones, la historia de amor, en la que también se mezcla la compasión, acaba cuajando, y de esa relación nace Rashid, protagonista y narrador de la segunda parte, quien, como el autor, acabará abandonando su país rumbo a Londres en los años cincuenta del pasado siglo.
Gurnah narra con realismo, prosa vibrante y rica en detalles, recursos con los que recrea acertadamente el ambiente de una sociedad mestiza, inmersa de lleno en el colonialismo. El desertor ofrece un hilo narrativo exótico y espinoso que resulta interesante y que da la vuelta a valores actuales, donde la acogida parece exclusiva del mundo occidental. En la novela se ponen en práctica ideales humanos y solidarios que ayudan a las personas, a todas, a sobrellevar el sufrimiento, especialmente en un marco histórico y sociológico difícil en el que el desarraigo era algo habitual.