Olivier Messiaen (1908-1992) ha sido uno de los compositores más importantes del siglo XX, destacado organista y profesor, fue, además, un experto ornitólogo. Esta novela nos acerca a su biografía, desde la infancia en Aviñón hasta el fallecimiento en un hospital cerca de París.
Hay un suceso excepcional en su vida, en torno al cual se vertebra la novela: prisionero de guerra de los alemanes tras la invasión de Francia por las tropas de Hitler, Messiaen compuso el Cuarteto para el fin del tiempo en un campo de concentración de Silesia (Polonia). La obra se estrenó allí mismo y fue interpretada por otros prisioneros músicos, dirigidos por Messiaen, a pesar de la precariedad de los instrumentos y de las penosas condiciones de los apresados (desnutrición, frío…). Fueron decisivas las gestiones de un oficial alemán, que era un gran melómano. El público fueron los demás prisioneros, incluso los que estaban en cuarentena, y los mandos alemanes del Stalag VIII-A.
En la obra de Messiaen hay unos soportes fundamentales que orientan su vida y su obra musical: la fe católica, una gran sintonía con la naturaleza y un sentido casi místico de la trascendencia, de la eternidad. Su madre y su primera esposa, la violinista Claire Delbos, padecieron un grave deterioro mental y fallecieron en condiciones muy penosas. En 1961, el compositor se casó con la pianista Yvonne Loriod, que había sido alumna suya del conservatorio, con la que compartió giras por todo el mundo, y quien fue su gran apoyo hasta el final, también en las sorprendentes investigaciones ornitológicas del compositor.
Mario Cuenca Sandoval (1975) lo cuenta con maestría, porque la prosa es elegante, cuidada hasta el detalle; porque tiene una gran capacidad para armonizar la trama histórica, sobre la que parece que se ha documentado bien, con la reflexión filosófica, teológica y estética, hasta dejarnos una imagen cabal del protagonista, de su entorno y de su época: un compositor genial, controvertido –elogiado por unos y vituperado por otros–, con sus virtudes y defectos, sus obsesiones, sus dudas y miedos, pero que trató de ser coherente hasta el final. Una novela de mucha calidad que interesará no solo a los melómanos, pues refleja también las convulsiones del siglo pasado.