Acantilado. Barcelona (2006). 503 págs. 26 €. Traducción: J. Slawomirski y A. Rubió.
Sergiusz Piasecki (1901-1964) nació en Lachowicze (Polonia) y en su «curriculum» consta haber ejercido como contrabandista, bandolero o espía, y sólo casualmente como escritor. Acusado en su país de colaborar con la URSS, fue condenado a quince años de cárcel.
En 1937, desde su encierro, escribió esta obra de tintes autobiográficos, en la que a lo largo de medio millar de páginas el autor narra las aventuras de un grupo de contrabandistas que se mueven entre las fronteras de Polonia y la URSS. Amparados en la noche, la guía de las estrellas es su única ayuda para orientarse y sobrevivir.
La novela de Piasecki sigue en muchos sentidos los patrones clásicos de la literatura de aventuras. Como los relatos de piratas, bandidos o tahúres, está impregnada de escaramuzas, camaradería y romance, envuelta en diálogos ágiles y párrafos vigorosos. También es patente en ella la presencia de recursos propios de la tradición oral, como las hazañas de héroes populares, canciones y giros coloquiales.
En una época caracterizada por personajes desengañados y cínicos pueden sorprender como anticuadas las frases introductorias del protagonista: «Éramos como niños que despiertan en un cuento de hadas. Vivíamos y luchábamos, no por unos despojos de existencia, sino por la libertad de ir de un sitio a otro y trabar amistades».
La exaltación de la naturaleza, la noche o el mundo salvaje muestran la influencia del romanticismo en la novela. Aunque el ritmo a veces se empantana, el relato nunca pierde un encanto derivado de su ingenuidad e idealismo, rasgos que certifican su procedencia de un mundo extinguido pero recuperable a través de obras como ésta.
Esther de Prado Francia