Última colección de relatos del Padre Brown, lo que quiere decir también que no es la mejor para un primer contacto con el personaje. En su origen, esta recopilación que Chesterton publicó en 1935 poco antes de su fallecimiento, contenía ocho casos, titulados con el que inicia la colección, quizá el mejor, y que trata de cómo la verdad viaja siempre “media hora detrás de la calumnia, y nadie puede estar cierto de cuándo y dónde la alcanzará”. Además, en esta edición de Valdemar, se añaden dos casos más que Chesterton no había entregado para su publicación.
Como suele suceder con Chesterton y el Padre Brown, todos estos relatos hablan de que las cosas no son lo que parecen, no sólo porque quienes parecen sospechosos al principio luego no resultan culpables, sino porque la realidad es más compleja de lo que a simple vista se ve. Es certero el título pues, aparte de ser el del primer relato y de mostrar en él cómo la conducta del protagonista resulta escandalosa si se presenta parcialmente, también se corresponde con el impacto que causan sus juicios, a veces tan políticamente incorrectos, sobre los modos de pensar y sobre los personajes que triunfan en nuestro mundo.
Así, cuando en La persecución del señor Blue, el Padre Brown afirma que, considerando la forma en que se había enriquecido el asesinado, e incluso considerando el modo en que la mayor parte de los millonarios han amasado sus fortunas, cualquiera es sospechoso de hacer algo tan natural como asesinarlos. O en El problema insoluble, el Padre Brown afirma que “no es generoso hacer de la paciencia de Dios con nosotros un cargo contra Él”.