“Uno no es escritor por lo que escribe, sino por lo que ha leído”, escribió Jorge Luis Borges en una cita que rescata Ángel Esteban para explicar la relación que treinta escritores de la literatura universal tuvieron con las bibliotecas y con los libros. Para la mayoría, el trabajo de bibliotecario fue una oportunidad para consolidar su vinculación con la lectura. Pero también hay casos en los que ocurrió todo lo contrario, pues el trabajo en una biblioteca impone unas rutinas burocráticas que algunos escritores, como Robert Musil y Marcel Proust, fueron incapaces de soportar. Resulta curioso, sin embargo, el caso del escritor francés Georges Perec, creador de una imaginativa y rompedora carrera como escritor que, sin embargo, descubrió en …
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